Vacunas:
Fumus bonis iuris.
Es
habitual comprobar una evidencia científica a través de
comparaciones. Así, es frecuente ver estudios en los que se comparan
los resultados de un medicamento empleado con una dosis o con otra, o
se compara una misma tipología de pacientes tratados con dos
medicamentos distintos, o -lo que más gusta a los pseudocientíficos-
comparar los resultados obtenidos con medicamento y con placebo.
Todas las comparaciones -si no hay sesgos y selección de pacientes-
son buenas y refuerzan las evidencias que haya.
Si
un medicamento alivia una migraña en el 70% de las ocasiones, será
mejor otro medicamento que alivie en el 80% de los casos. Las
comparaciones son odiosas porque “alivio” es subjetivo y
dependerá de muchas variables determinar si ha habido alivio o no y
además habrá que comparar la relación coste beneficio de los
productos testados, es decir, es evidente que la morfina alivia más
que el ibuprofeno, pero quizás su peligro es mayor.
Sea
como sea, comparar siempre es bueno para la evidencia científica.
Una
comparación muy interesante es evaluar los efectos a largo plazo de
las personas que toman un medicamento y las personas que no lo toman.
Eso es especialmente interesante en enfermos mentales y en niños,
donde es muy difícil obtener un testimonio creíble para los
médicos.
En
un estado de derecho prima la presunción de inocencia. Nadie es
culpable hasta que se demuestre lo contrario y los fabricantes,
comercializadores y prescriptores de vacunas, no pueden ser
etiquetados de culpables mientras no se demuestre que lo son.
Hablando
de vacunas existe un “fumus bonis iuris” de que no son tan
eficaces y seguras como pretende la industria farmacéutica y sus
portavoces médicos y políticos.
Las
odiosas comparaciones proporcionadas por el Abogado Robert Kennedy,
de la institución “Children's Health Defense” Ver
presentación
1)
Estudio Verstraen no publicado por los CDC sobre la vacuna de la
Hepatitis B
Muestra
un dramático incremento en el riesgo de autismo (x7.6),
problemas de
sueño
(x5) problemas de habla (x2.1) problemas de neurodesarrollo (x1.8).
Estudio
no publicado obtenido a través de la ley de transparencia.
2)
La vacuna DTP y la del Tétanos, incrementa las posibilidades de
alergias en niños
(x
1.63)
3)
La vacuna de la Hepatitis B, aumenta las posibilidades de necesitar
educación especial
(x
8.63)
4)
La vacuna de la Hepatitis B, en niños varones recién nacidos,
aumenta las posibilidades de autismo (x3)
5)
La vacuna de la gripe incrementa el ratio de infecciones no
gripales (x4.4)
6)
La vacuna DTP incrementa la mortalidad en niñas (x10)
7)
La vacunación de prematuros incrementa las posibilidades de padecer
problemas de neurodesarrollo (x6.6)
8)
La vacunación incrementa el riesgo de rinitis alérgica
(x30), alergias (x3.1), TADH (x4.2), Autismo (x4.2),
Eczema (x2.9), Problemas de aprendizaje (x5.2) y
problemas de neurodesarrollo (x 3.7)
9)
La vacunación aumenta los casos de diabetes tipo I (x3)
10)
La vacunación de polio aumenta los casos de diabetes tipo I
(x2.5)
11)
Datos en bruto de los CDC muestran que la vacunación con la triple
vírica aumenta las posibilidades de autismo (x3.64)
12)
Las vacunas de la Hepatitis B con Thimerosal (mercurio) aumentan las
posibilidades de autismo (x3.39)
13)
La vacuna contra el virus del papiloma humano aumenta las
posibilidades de padecer asma (x8.01)
14)
Las vacunas de la Hepatitis B con Thimerosal (mercurio) aumentan las
posibilidades de padecer pubertad prematura (x2.1)
15)
La vacuna triple vírica aumenta el riesgo de padecer enfermedad
de Crohn (x 3.01) y colitis ulcerosa (x2.53)
16)
En comparación, los niños vacunados de la Hepatitis B que tienen
Thimerosal (mercurio) y los que están vacunados sin Thimerosal,
tienen más posibilidades de padecer TADH (x1.98)
17)
La exposición a altos niveles de Thimerosal aumenta el riesgo de
autismo (x 11.35)
18)
Dos vacunas contra la gripe (2010-11 y 2011-12) puestas antes o
durante el embarazo aumentaron las posibilidades de aborto (x
7.7)
19)
La vacuna de la gripo H1N1, aumenta el riesgo de parálisis facial
(x1.34), parestesia (x1.25) y enfermedad inflamatoria
intestinal (x1.25) en pacientes de alto riesgo.
20)
La vacunación contra el papiloma aumenta las posibilidades de
pérdida de memoria (x1.23) y padecer movimientos
involuntarios (x1.53)
21)
El Thimerosal que contiene la vacuna de la hepatitis B, en los seis
primeros meses de vida aumenta las posibilidades de padecer
trastornos emocionales (x2.37)
22)
La vacuna contra el papiloma aumenta el riesgo de enfermedad
celíaca (x1.56)
23)
La vacuna de la gripe estacional y H1N1, puestas durante el embarazo,
aumentan el riesgo de aborto (x11.4) en comparación con las
vacunadas solo de la gripe estacional.
24)
La vacuna de la gripe estacional, aumenta el ratio de narcolepsia
en niños de Suecia (x25)
25)
El riesgo de corioamnionitis en mujeres embarazadas con la
triple vírica y en las mujeres no embarazadas (x1.19)
26)
La primera dosis de vacuna contra el rotavirus aumenta los casos de
invaginación intestinal (x5.8)
27)
La vacunación del sarampión comparada con la infección de
sarampión, incrementa las posibilidades de dermatitis atópica
(x2.8)
28)
La alta exposición al Thimerosal en las vacunas infantiles aumenta
las posibilidades de tics motores (x2.19) y tics del habla
(x2.44) en niños
29)
retrasar la primera de las tres dosis de la triple vírica reduce el
riesgo de asma en un 61%
30)
La exposición a altos niveles de Thimerosal de las vacunas
infantiles antes de los 13 años de edad, aumenta el ratio de
pubertad prematura (x6.45)
En
lineas generales, los niños vacunados tienen peor estado de salud y
son más propensos a sufrir complicaciones y enfermedades crónicas
que los niños no vacunados.
La
primera vacuna que se pone a un niño nada más nacer es la de la
Hepatitis B, que va aderezada con:
- Antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, recombinante (HbsAg), producido en levadura Saccharomyces cerevisiae (cepa 2150-2-3) mediante tecnología recombinante de DNA y absorbido en sulfato hidroxifosfato de aluminio amorfo.
- Trazas de formaldehído y tiocianato de potasio.
- Cloruro de sodio, borato de sodio y agua para preparaciones inyectables.
Los
efectos secundarios conocidos son (sacado de la ficha técnica del
medicamento):
- Trombocitopenia, Linfadenopatía
- Enfermedad del suero, Anafilaxia, Poliarteritis nudosa
- Parestesias, Parálisis (incluyendo Parálisis de Bell, parálisis facial), Neuropatías periféricas (polirradiculoneuritis, síndrome de Guillain Barré), Neuritis (incluyendo neuritis óptica), Mielitis (incluyendo mielitis transversa), Encefalitis, Enfermedad desmielinizante del sistema nervioso central, Exacerbación de esclerosis múltiple, Esclerosis múltiple, Crisis, Cefalea, Mareo, Síncope
A
pesar de que no se notifican nada más que el 1% de las reacciones
adversas, se estima que las reacciones adversas notificadas suponen 1
caso cada 10.000 vacunados. En España nacieron 367.000 niños en
2018, lo que supone que al menos 36 niños ese año habrían
sufrido reacciones adversas graves por la vacuna como las
descritas antes.
Según
el Comité Asesor de Vacunas, en los últimos 10 años se han
declarado tan solo 15 casos de hepatitis B en niños menores de 1
año, siendo 7 de ellos importados. Es decir, 36 niños pudieron
sufrir reacciones adversas graves y 1.5 padecieron hepatitis.
Cada
vacuna tiene un precio de 5€ (a lo que se tienen que añadir gastos
de gestión y laborales...), con lo que vacunar a la población
infantil supone 1.8 millones de euros al año.
El
coste de vacunación agregado a los dos meses es el siguiente:
- Hepatitis B: 5€ 1.8 millones
- Polio: 9€ 3.3 millones
- DTPa: 13.3€ 50 millones
- Haemofilus: 7.7€ 13 millones
- Neumococo: 42.9€ 161 millonesTOTAL a los dos meses 229 millonesEl coste anual de las vacunaciones en España supera los 1.000 millones de Euros.El coste de los perjuicios causados por las vacunas (muertes, enfermedades, gastos sanitarios por hospitalización o tratamiento) permanecen sin evaluar.
Cuando
se pregunta cual es la incidencia económica de las vacunas (cuánto
ahorran, cuántas vidas salvan, Cuántos casos de infección evitan,
cuánto ahorro sanitario a largo plazo...) no hay ninguna respuesta,
es decir, quienes planifican, no han hecho el más absoluto cálculo
de eficiencia sanitaria ni antes de proponer la vacuna ni después.
En
el caso del neumococo, nos encontramos con unos 55 casos anuales a
pesar de la vacunación, ¿cuántos casos habría si no se vacunase a
los niños? No lo sabemos. No encontraremos series temporales de
infecciones que nos permitan comparar cuántos casos había antes de
la vacunación y cuántos hay después de los planes de vacunación.
Lo
que sí encontraremos es un ataque brutal contra quienes cuestionan
el modelo de negocio de los Ministerios de Sanidad y la Industria
Farmacéutica con un gran despliegue de medios económicos que
incluye el tráfico de influencias y el soborno.
Luis
de Miguel Ortega
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