Vacunas: Fumus bonis iuris. Es habitual comprobar una evidencia científica a través de comparaciones. Así, es frecuente ver estudios en los que se comparan los resultados de un medicamento empleado con una dosis o con otra, o se compara una misma tipología de pacientes tratados con dos medicamentos distintos, o -lo que más gusta a los pseudocientíficos- comparar los resultados obtenidos con medicamento y con placebo. Todas las comparaciones -si no hay sesgos y selección de pacientes- son buenas y refuerzan las evidencias que haya. Si un medicamento alivia una migraña en el 70% de las ocasiones, será mejor otro medicamento que alivie en el 80% de los casos. Las comparaciones son odiosas porque “alivio” es subjetivo y dependerá de muchas variables determinar si ha habido alivio o no y además habrá que comparar la relación coste beneficio de los productos testados, es decir, es evidente que la morfina alivia más que el ibuprofeno, pero quizás su peligro es mayor...